En la impresión 3D el proceso se basa en acumular cierto tipo de material sobre una plataforma haciendo que adquiera la forma que deseamos.
Existen distintos tipos:
-Sinterización Láser, se depositan capas finas de polvo de distintos metales y los láseres funden las capas.
-Estereolitografía, una resina fotosensible se solidifica con luz ultravioleta.
-Compactación, una masa de polvo se compacta con sustratos.
-Adición, inyección de polímeros añadida por capas.
Se utiliza mucho en sectores como la arquitectura y el diseño industrial. Pero hay otros muchos campos en los que se utilizan estas impresoras 3D, como la medicina, más en concreto la impresión de órganos en 3D.
En las impresoras 3D de órganos el material que se utiliza para imprimir son células vivas. Con ellas se genera un órgano que se puede implantar en una persona, sustituyendo una prótesis. Aunque el gran reto es crear un corazón con todas las funciones de uno real. Actualmente, en el instituto de Wake Forest de Medicina Regenerativa de California tratan de conseguir este objetivo.
El problema es que es difícil que el órgano sintético que se pretende implantar tenga el tiempo para vascularizar en el organismo de la persona. Y esto es lo que demuestran los diversos trasplantes que se han intentado. Un caso es el de Hannah Warren, una niña de dos años que sufría una rara enfermedad (agnesia traqueal congénita) que le impedía alimentarse por la boca, hablar o respirar con normalidad, porque su tráquea no se había desarrollado. Fue la persona más joven del mundo en recibir un trasplante de tráquea bioartificial, a partir de fibras de plástico a las que se añadieron las células propias de la niña, extraídas de su médula ósea. Desgraciadamente, la niña falleció tres meses después.
Para superar esto, se ha creado un tecnología de impresión que se basa en una especie de microcanales, donde se encuentran las células a instalar. Así se consigue que se mantengan vivas.
"Conseguimos mantenerlas vivas mientras se encuentran en el biorreactor. El problema es cuando las pasamos al órgano. Tienden a morir porque les falta nutrición", explica José Becerra, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red, Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina.
Además científicos del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa de California lo han comprobado con ratones implantándole a uno una oreja, y han conseguido éxito. Dos meses después, el órgano seguía funcionando y mostraba importantes signos de vascularización.
FUENTES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Impresora_3D
http://www.elmundo.es/salud/2016/02/15/56c1f71322601d12128b4582.html
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